¿Qué es?
Pues, paradojicamente, la zona más militarizada del mundo. Una línea de aproximadamente 4 kilómetros de ancho y 238 kilómetros de longitud que divide la Península de Corea cerca del Paralelo 38º de Oeste a Este, es decir, más o menos por la mitad, y bastante más cerca de Seúl que de Pyongyang. Coincide con la separación del bando soviético y estadounidense en la guerra.
¿Cuando se crea?
Tras el Alto el fuego del 27 de Julio de 1984. Es cuando se da la orden de separar los ejércitos 2.000 metros de la frontera creándose esta zona. Dentro del mismo se creó una línea de demarcación militar que sirve para decir exactamente cual es la frontera que no se debe atravesar.
¿Por qué sigue existiendo?.
Porque el armisticio, es decir, el alto al fuego, no ha llevado a firmar un tratado de paz... lo que significa que Corea del Norte y Corea del Sur siguen en guerra.
La DMZ es muy importante también para los civiles, pues se trata de una zona llena de minas que datan de época de la guerra y que aun no han sido retiradas por ninguno de los dos ejércitos, por eso entre otras razones la visita a la misma debe ser siempre guiada por expertos.
La DMZ es importante para Corea pero también para el resto del mundo, pues se trata de la ultima frontera que ha dejado la Guerra Fría, es decir, el último lugar donde dos países con los sistemas políticos opuestos como en el conflicto, siguen siendo fronterizos.
Es al mismo tiempo un símbolo de la tensión entre ambos países, pero también de esperanza, dado que hasta hoy se han conseguido hacer un total de 19 encuentros encuentros entre los familiares separados por la misma, de los que hablaré luego.
Porque como ya digo, la zona sigue en tensión. Desde el armisticio y a pesar de esta frontera se han sucedido varias incursiones desde Corea del Norte a Corea del Sur, incluidos varios túneles que los norcoreanos usaban para las mismas. Algunas de las más importantes han sido:
-17 de enero de 1968: varios comandos norcoreanos se hicieron pasar por soldados surcoreanos, en un intento de asesinar al presidente de la zona sur, Park Chung-hee. El resultado fue un completo fracaso con un saldo de 29 soldados muertos durante la persecución, un suicidio, y quedando el ultimo de ellos capturado. Al mismo tiempo los norcoreanos terminaros matando a dos policías y cinco civiles, aunque hay quien aumenta las victimas hasta los 68, sin incluir a los tres soldados de estados unidos que murieron intentando evitar la huida de los norcoreanos.
-20 de noviembre de 1974: Se descubre el primer túnel por donde los norcoreanos podían infiltrarse a la zona sur. Un año después el segundo, y tres años después de este, el tercero. El ultimo tunel descubierto hasta el momento se halló en 1990.
Estos tuneles no son lo suficientemente grandes como para que puedan entrar los vehiculos militares del Norte, por lo que se considera que el objetivo de los mismos era la incursión de algunos soldados, pero sobre todo de espias que informaran de los movimientos de Corea del Sur y Estados Unidos.
-29 de octubre de 2010: se producen dos disparos desde Corea del Norte hacia un correo surcoreano cerca de Hwacheon. Las tropas surcoreanas devolvieron tres disparos.
Cualquier incursión desde el Sur al Norte es prácticamente imposible. A lo largo de toda la DMZ hay dispuestos un gran número de soldados para evitar, o bien que entren extranjeros, o que se marchen disidentes.
Ya solo con ver la postura de los hombres norcoreanos, sabes que la postura del país es amenazante. Tensos, rígidos, con los puños apretados a ambos lados del cuerpo por una orden que parece querer mostrar que Pyongyang no se achanta ante nada, ni con el paso del tiempo.
Pero no solo eso. Antes de visitarla se obliga a firmar un papel que deja claro que asumes entrar en una zona peligrosa donde correr el riesgo de salir herido o incluso muerto. Y tanto. No hace mucho los soldados norcoreanos se llevaron por delante a una señora por pisar, literalmente, un poco más allá de lo que debían.
Pero.. ¿Quien mejor para explicároslo que alguien que ha estado allí? El siguiente artículo fue escrito por Holman Rodríguez , para EL TIEMPO, en 2009:
Éramos turistas extranjeros, pero la tensión estaba en el ambiente y así nos lo hicieron sentir los soldados surcoreanos y norcoreanos, también los guías turísticos que acompañaban a nuestro grupo en el que había 40 japoneses, 5 estadounidenses, 4 británicos, 2 australianos y un colombiano en la visita a la zona desmilitarizada entre Corea del Norte y Corea del Sur.
Al fin y al cabo, cualquier cosa que hiciéramos que no estuviera dentro de los protocolos de seguridad, podría causar un serio incidente. No es para menos: las dos Coreas están oficial y técnicamente en guerra.
El conflicto, de 1950 y 1953, que se dio entre los dos países, o mejor, entre los bloques comunista y capitalista, se selló con un armisticio, pero nunca con un tratado de paz. Veinte países, entre ellos un batallón de Colombia, participaron de uno u otro lado en la conflagración defendiendo a Corea del Sur. Panmunjeon, donde estábamos , en el lado norte de la frontera, se mantiene como el último vestigio de la Guerra Fría.
Las autoridades tampoco ayudan a rebajar la tensión. Poco antes de la visita a la zona, es obligatorio firmar la ‘visitor’s declaration’, que no es más que un documento en el que advierten de los probables riesgos de ser heridos o incluso muertos como resultado de una acción hostil, a pesar de estar en una zona neutral en la que hacen presencia soldados de las Naciones Unidas y de los dos países.
El documento serviría de constancia histórica en caso de que algo malo le pase al grupo. Por supuesto, como estábamos por voluntad y gusto propios, los 52 firmamos con letra bien grande y fecha: August 20-2009.
Cualquier advertencia es poca. el paso de una persona hacia Corea del Norte, así sea civil y sin autorización, es considerado un acto de guerra.
En el mejor de los casos, los civiles que han pasado a Norcorea, sin permiso, son tratados como espías y condenados a trabajos forzados. En mayo pasado, dos mujeres periodistas estadounidense recibieron esa pena, pero fueron liberadas hace más de un mes, tras el ofrecimiento personal de excusas por parte del ex presidente estadounidense Bill Clinton al líder norcoreano Kim Jong-il.
A ese clima de hostilidad se suma el hecho de que el régimen del norte hace permanentes manifestaciones de fuerza, como el ingreso de patrulleras a aguas surcoreanas o la captura de pescadores que se adentran en sus aguas territoriales.
El día de la visita, los soldados norcoreanos estaban tranquilos, aunque acalorados, pues al medio día -hora de la visita- la temperatura estaba sobre los 29 grados centígrados, a pesar de que el cielo estaba cubierto de nubes.
Las advertencias (en inglés) eran cortantes: no consumir alcohol; no hablar con los soldados norcoreanos ni permitir entablar conversación; no señalarlos con los dedos o las manos; no hacerles gestos; por ningún motivo tocar los símbolos, banderas o muebles colocados en la parte de Corea del Norte a la que accecdimos; no pararse dentrás del último soldado surcoreano que vigila el interior de una de las casetas donde se negoció el armisticio de 1953, y solo tomar fotografías cuando el ejército surcoreano y los guías lo permiten.
Con la atmósfera cargada de un simbolismo como de guerra y con unos soldados surcoreanos que en el mismo borde de la frontera mantienen los puños fuertemente cerrados, los brazos ligeramente doblados como en posición lista para el combate y usan unas gafas de grandes lentes oscuros -quizás para que no los reconozcan cuando están de civil- obviamente , no era momento para hacer bromas ni para conversaciones largas o en voz alta.
Como es natural, el grupo de extranjeros (a los coreanos del sur no les permiten visitar la zona desmilitarizada a menos que sea con un permiso especial que puede durar meses en concederse), especialmente los japoneses, estaban muy prestos a obedecer las recomendaciones. No era para menos, y así lo advertían los anfitirones. Ya se han presentado incidentes con turistas que no obedecen las recomendaciones y terminan fuertemente regañados a gritos en coreano e inglés, y en el peor de los casos, muertos.
Esto le sucedió a una mujer en mayo del 2008 (aunque no en la zona desmilitarizada), que según el Gobierno de Seúl se adentró unos pocos metros en la frontera de Corea del Norte por una zona costera y por este hecho fue muerta por disparos de un soldado de ese país. Y como no podía faltar, en esta visita hubo gritos de los soldados y los guías. Una pareja de británicos salió antes de tiempo del sitio más emblemático de la zona desmilitarizada a tomar fotos en un sitio prohibido. “Es en serio”, les reprocharon algunos turistas.
Claro que aquí se ve la importancia de la propaganda de un país frente al otro. Las indicaciones de ir bien vestido son ni más ni menos porque el régimen de Corea del Norte aprovecha el ver algún pantalón roto (aunque sea por moda) para mostrarles a sus habitantes lo mal que se vive en el pais vecino y como su régimen es mejor.
Pero Corea del Norte tampoco se queda atrás a la hora de aparentar. Y es que durante mucho tiempo se pudo apreciar desde la frontera lo que parecía ser una ciudad enorme en la que se apagaban las luces siempre al mismo tiempo. ¿Y qué resultó ser al final?. Pues una farsa.
La postura oficial del gobierno norcoreano es que el pueblo alberga una granja colectiva de 200 familias equipada con guarderías, escuelas de primaria y secundaria, y un hospital.8 Sin embargo, la observación que se ha hecho del pueblo desde el sur sugiere que se trata en realidad de un pueblo Potemkin deshabitado, construido en los años 1950 sin reparar en gastos, en una maniobra propagandística destinada a promover la deserción en Surcorea y alojar a los soldados del régimen juche destinados en las fortificaciones, puestos de artillería y búnkeres subterráneos situados a lo largo de la frontera. Pese a que no puede ser visitado, se trata de la única localidad norcoreana visible y audible desde Corea del Sur, y por extensión el mundo occidental.
El pueblo consta de una serie de edificios de viviendas de varios pisos construidos con hormigón y pintados con colores claros, muchos de ellos aparentemente equipados con cableado eléctrico, un nivel de lujo totalmente insólito en cualquier población rural coreana de los años 50, tanto en el norte como en el sur. El pueblo está dispuesto de tal forma que, visto desde el otro lado de la frontera, sus características más llamativas son los tejados de color azul claro y una descomunal bandera norcoreana.
Años después de su construcción, el uso de telescopios modernos reveló que los edificios no eran sino estructuras de hormigón vacías, sin ventanas ni habitaciones interiores; que las luces de los edificios se encendían y apagaban a determinadas horas mediante temporizadores, y que las personas que había por las calles no eran sino un ejército de figurantes cuyo objetivo era preservar la ilusión de actividad.
Hasta 2004, multitud de potentes altavoces instalados sobre los edificios y orientados hacia el sur emitían constantemente propaganda norcoreana.
Y hasta aquí el post de hoy. Los siguientes tratarán de Corea del Norte, los refugiados en Corea del Sur y las familias separadas.
Y recordad, si tenéis alguna duda puedo atenderos en facebook, ask o con un comentario por aquí.
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